La neurociencia ha demostrado que el uso de la metáfora desempeña un papel fundamental en el pensamiento humano, influyendo en la forma en que comprendemos el mundo y procesamos la información.
La capacidad de entender metáforas depende, en gran medida, de la plasticidad cerebral y de la exposición a un repertorio lingüístico rico. Sin embargo, las nuevas generaciones están desarrollando patrones de pensamiento diferentes debido a los cambios en la comunicación digital.
El uso creciente de un lenguaje más directo y simplificado, así como la utilización de emojis, memes e inteligencia artificial, influye en la manera en que las personas procesan y utilizan construcciones abstractas.
Gracinda Candeias, “Marinus”, Serigrafía sobre lienzo
Gabriel Garcia, “Trocadilhos”, Grabado intervenido
"La capacidad de usar símbolos y metáforas es uno de los rasgos que nos distingue como especie. A través de ellos, podemos representar conceptos abstractos y planificar el futuro, algo esencial para la supervivencia y la cultura humana."
António Damásio, El Libro de la Conciencia, 2010
Malibu Ninjas, “El Arca”, Serigrafía con tinta luminiscente
Mário Cesariny, “El pie del mar”, Serigrafía
Malika Agueznay, “Amor”, Grabado, aguafuerte, aguatinta
La ciencia muestra interés y preocupación por la situación. El neurocientífico Sidarta Ribeiro señala: “Las nuevas generaciones serán extremadamente literales, porque el espacio de la metáfora, la alegoría, la poesía, la filosofía, está siendo drásticamente reducido”.
Jorge Barrote, “Las Palabras”, Litografía
Marçal, “Catedral”, Grabado, aguafuerte, aguatinta
Michel Desmurget, investigador francés, advierte sobre la exposición excesiva a pantallas, que puede resultar en una reducción de la complejidad lingüística, afectando negativamente el desarrollo cognitivo de los niños, incluyendo el lenguaje, la concentración y la memoria.
¿Y en el futuro, habrá espacio para la metáfora en el Arte?